Con apoyo en el siguiente artículo "Recuperar el entusiasmo por las humanidades" quería abordar un capítulo un poco olvidado en la educación actual: las humanidades. O mejor dicho, las humanidades y los libros.
Este tema es de gran importancia para todos los maestros, pero también para los pedagogos. Es necesario que tanto el profesor como el alumno sepan apreciar los conocimientos "vinculados a la cultura, a la religión, al arte, a la comunicación y a la historia". Y, ¿por qué? ¿Por qué es importante conocer la cultura y la historia? Para evitar "el empobrecimiento del pensamiento, la precariedad del discurso ético y la pérdida de la cohesión de nuestra civilización", como bien dice el mencionado artículo.
Esta afirmación me recuerda a la concepción tan extendida de que el profesor debe enseñar a pensar al alumno. Sin embargo, no es posible pensar si no hay conocimientos sobre los que pensar. Las nuevas ideas, y la creatividad surgen de nuevas asociaciones, al relacionar ideas previas; surgen de una unión que a nadie se le había ocurrido. Por tanto, es imprescindible y necesario que haya contenidos que relacionar.
Por otro lado, es necesario mencionar la opinión y la crítica. Muchas veces se busca y valora que el alumno dé su opinión. Sin embargo, tantas veces los alumnos y el resto de la sociedad opinamos sin conocimiento de causa. Para evitarlo y para que puedan opinar con fundamento, tienen que conocer la historia, la cultura, la filosofía. Y, podemos preguntarnos ¿no tienen ya estos contenidos en el colegio? Sí, es cierto. El problema es que esas asignaturas solamente dan una visión superficial acerca de los hechos de la historia, de algunos filósofos, o de otros autores. Esta superficialidad puede ser la causa de que muchos alumnos no lleguen al fondo, no entiendan de verdad. Por ello, hay que intentar sumergirlos en el pasado, que conozcan las causas, el cauce que ha hecho que la sociedad actual sea como es ahora mismo. Porque,
"Quien no conoce su historia está condenado a repetir sus errores".
Y, para progresar en el conocimiento, tenemos que conocer el pasado, y sobre ello, construir algo nuevo, algo mejor. Al conocer la historia nos damos cuenta de que, aunque las cosas son de una manera, no siempre han sido así y podrían ser de otro modo. Eso nos impulsa al cambio, a la innovación y a la mejora.
En conclusión, es necesario que los docentes busquen "fomentar el gusto por la lectura, la escritura y el conocimiento de los clásicos", y que los pedagogos cambien el plan de estudios actual para introducir más historia, más cultura y más filosofía porque "no se pueden confinar las humanidades a las ‘carreras de letras’".
"La juventud no debe sólo asimilar los frutos de la cultura de sus padres, sino que debe elevar la cultura a nuevas cimas, a las que no llegan las gentes de las anteriores generaciones" Konstantin Stanislavski
"Sólo el que sabe es libre, y más libre el que más sabe... Sólo la cultura da libertad... No proclaméis la libertad de volar, sino dad alas; no la de pensar, sino dad pensamiento. La libertad que hay que dar al pueblo es la cultura." Miguel de Unamuno.
Me parece muy interesante introducir las humanidades en el panorama educativo de un alumno.
ResponderEliminarHoy en día, en el que la tecnología y el cine se han comido a los museos y otros lugares de inquietud cultural, creo que es a través de películas cómo se puede acercar a los alumnos a conocer y entusiasmarse con la cultura. Creo que el uso de muchos materiales cinematográficos que existen hoy en día, en las aulas, es un puente que puede conectar con la inquietud natural propia por la cultura, de un niño.