"Teaching is like making connections between different parts of the subject matter" and "educatión is like a journey through the landscape of the subject with the teacher as a guide to a group of students". Estas metáforas, correspondientes a la teoría de construir y de viajar, son las que me parecen más adecuadas respecto a la enseñanza.
En primer lugar, creo que la enseñanza es como establecer conexiones entre las distintas partes de la materia, y también con los conocimientos previos. El profesor se encarga de hacer accesible los contenidos al alumno. No significa que cada uno construya un conocimiento propio, subjetivo, diferente de los demás, sino que implica, más bien, facilitar a los alumnos conectar, relacionar y entender los contenidos. Insisto, como ya he hablado en algún otro post, que un profesor no se limita a enseñar, sino que irremediablemente es educador. Para analizar este último término necesitaríamos más espacio.
Por otro lado, el alumno es alguien activo. Alguien que descubre la relación interna del sistema y lo estructura e integra en su cabeza. Alguien que busca, que pregunta, que se autorregula. Para ello es necesario que el profesor deje algunos cabos de la asignatura sin atar, que no les dé todo "masticadito", sino que les permita realizar inferencias, pensar, etc.
Una forma de que el alumno sea alguien activo, es la motivación. Un alumno motivado se interesa, y tiene mayor afán de aprender. Por ello, es necesario que el profesor transmita un cierto entusiasmo por su asignatura y que les haga ver la utilidad de aprenderlo (utilidad referida tanto a la economía y las matemáticas, como a la filosofía y la historia). Cuando sea difícil transmitir esa utilidad (típica pregunta: ¿para qué me va a servir esto en el futuro?) será conveniente que descubran el placer intelectual, por llamarlo de algún modo, de saber, de conocer y de comprender. Finalmente, si esto no se consigue, sería bueno hacer actividades variadas para su aprendizaje de modo que el profesor no se limite a leer el libro de texto, o a mandarles los ejercicios del libro, sino que de forma activa y de forma significativa, les transmita esos conocimientos.
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ResponderEliminarEfectivamente Fátima, el profesor es irremediablemente educador. Esto hace que sea muy importante elegir el centro a dónde llevas a tus hijos, conocer su ideario y conocer a los profesores. Por más que se hable del Principio de neutralidad ideológica en la enseñanza y se intente que las ideologías no entre en la enseñanza, -salvo que el centro tenga un ideario público y manifiesto y los padres lo acepten y lo quieran- los alumnos están siempre a merced de la jerarquía de valores del profesor y “la chupan” como si de una esponja se tratara.
ResponderEliminarTambién es verdad que si el alumno tiene otras fuentes de valores siempre podrá contrastar y discernir.